LA COOPERATIVA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA
“LA VERDE”
Esta cooperativa se forma hace ya más de treinta años. Proviene de un grupo de jornaleros y jornaleras que deciden poner en práctica las ideas que venían defendiendo en sus luchas en el campo andaluz. Todos/as ellos/as eran militantes y dirigentes del Sindicato de Obreros del Campo, que protagonizó gran parte de las reivindicaciones por la mejora de las condiciones de trabajo del colectivo jornalero, además de por la tan ansiada y nunca realizada Reforma Agraria. Este primer camino de lucha y militancia les sirvió de base para, posteriormente, allá por el año 1986 iniciar una experiencia de cooperativa de agricultura ecológica que todavía está en marcha.
Se formaliza en el año 1989, con 10 socios, después de un proceso donde el grupo, muy amplio y abierto, se va definiendo, y donde se perfila qué tipo de proyecto querían realizar. Los miembros de la cooperativa inician el trabajo en su tiempo libre, hasta que uno a uno, conforme la producción y la venta aumentan, se incorporan como trabajadores/as de la huerta en exclusiva, sin tener que salir a otros trabajos fuera.
Desde un principio han intentado controlar todas las fases del proceso productivo, de forma que tuvieran cierta independencia. No querían ser una mera pieza dentro del engranaje que es actualmente el sector agroalimentario, controlado cada vez más por grandes empresas comercializadoras, con intereses cada vez más lejanos de los que poseen los habitantes del mundo rural.
Así, controlamos, tanto las semillas, ya que han desarrollado un banco de semillas autóctonas, llegando a producir más del 80% de las que necesitan en la huerta; hasta la comercialización, que se realiza directamente. Esto incluye el control de los saberes, también estos cada vez más en manos de las grandes empresas.
Igualmente consideramos que nuestro proyecto no es sólo una empresa, sino, fundamentalmente, un proyecto político, sustentada en una ideología concreta, entendida como una forma de ver el mundo, que ha permitido llevar a la práctica ideas y formas de organización. Esta forma de ver el mundo enlaza con la visión jornalera y campesina y su universo cultural, basado en la lógica de la supervivencia y del equilibrio y conocimiento de su entorno; lo cual no quiere decir que tengan una práctica tradicionalista o estancada en otras épocas. Por el contrario, hemos sabido rescatar lo valioso y entrelazarlo con los nuevos movimientos sociales, convirtiéndose en sujeto de cambio, dentro de la diversidad de opciones que plantan cara a la uniformización productiva, cultural y social del modelo vigente.
Una empresa peculiar
La dependencia de los agricultores de sectores ajenos a lo rural es cada vez más evidente.
Sobre todo en el modelo de agricultura industrial sólo se controla uno de los pasos: la producción. Las
semillas están en manos de grandes empresas, los abonos, la maquinaria... provienen de otros sectores (básicamente grandes empresas multinacionales). La distribución y la transformación también (el 80% del mercado alimenticio español está en manos de capitales transnacionales).
Por otra parte, la agricultura como todos los sectores económicos se encuentra en una dinámica donde el único objetivo es la eficacia en función de los beneficios, sin tener en cuenta otros elementos: medio ambiente, costes sociales, participación en el proceso económico,... Todo ello significa una mayor dependencia de todos los territorios respecto de los recursos que vienen de regiones lejanas, subordinándose lo local a lo global. Este proceso que sustituye a la producción y distribución de base local, destruye empleo, consume energía, y amenaza la seguridad alimentaria.
La Verde decide que ha de intentar controlar los máximos pasos posibles, de forma que dependa todo el ciclo de ellos mismos. La asunción de este modelo alternativo supone cambios en todas las fases del proceso productivo. La Verde, con más o menos contradicciones, intenta aplicarlo a su escala. Desde la financiación a la comercialización se intenta que no siga las vías convencionales, sino otras propias que ellos pueden controlar. De igual forma, la recuperación y utilización de semillas propias, así como de las técnicas de agricultura ecológica hace que se reduzca al mínimo la aportación de elementos procedentes del mercado convencional, de insumos externos al propio ciclo agrícola.
Todas las fases del proceso se procuran, pues, hacer lo más autónomamente posible, al margen del sistema que imponen los mercados y las empresas agroindustriales. Tanto las semillas, como las técnicas y conocimientos del manejo agrícola como la financiación y la comercialización.
Se pretende, de esta forma, desvincularse del modelo productivo y de distribución dominante, desarrollando el mercado local y procurando en la medida de lo posible, ofrecer los productos ecológicos no como artículos de lujo, sino a un precio más asequible a todos.
En la actualidad, la cooperativa ha tenido un cambio generacional, siendo tres los trabajadores de la cooperativa, dos de ellos socios de esta. Somos trabajadores felices de hacer el trabajo que hacemos y contribuir a la no contaminación y el respeto por el medio ambiente.
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